Una puerta. Cerrada.
Una cama. Abierta.
Un olor familiar que calma la ansiedad del corazón.
Música de fondo, algo diferente con un toque de propia esencia.
La pelea con un folio en blanco para plasmar un sentimiento.
Unos acordes que suenan acorde al ritmo de un corazón.
Una guitarra que vuelve a intentar sonar.
Tres, dos, uno....
Un reencuentro favorable con alguien que quizá ya había conocido antes... yo.
domingo, 4 de octubre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Extraño esos encuentros internos.
ResponderEliminarSaludos...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarBonitas palabras. Que tocan de cerca.
ResponderEliminar